sábado, 12 de diciembre de 2015




FELIZ NAVIDAD

Donde las nubes son verdes, donde la nieve es de colores, donde los muñecos de nieve son rojos, donde nada es lo que parece... Desde allí, donde reside la verdadera navidad.  ¡Feliz Navidad!!





HUELLAS

Seguíamos el rastro de las huellas que había dejado en la nieve. Era la forma más lógica de encontrarlo. Llevábamos horas andando y ninguno de nosotros podíamos entender cómo había podido llegar tan lejos. La pureza de la nieve se mezclaba con los sentimientos de temor ante lo que nos pudiésemos encontrar. A unos pocos metros las huellas fueron cambiando, cada una de unos pies diferentes. ¿Qué estaba ocurriendo? Sólo habíamos salido detrás de un tipo de huellas, sin embargo, ahora teníamos frente a nosotros varios tipos diferentes. ¿Cuál debíamos seguir? No teníamos ni la más remota idea. No obstante, de momento, no había que decidir nada porque todas se encaminaban en grupo hacia el mismo sitio. ¿Qué significaba aquello? Las nuevas huellas habían aparecido de repente, como si se tratara de magia. Seguimos andando bastante rato, creo que más de una hora. Llegamos a un claro y del mismo modo que antes, las huellas desaparecieron, sin más. Nos mirábamos entre nosotros, no había huellas, había desaparecido todo. La nieve que se veía en adelante estaba intacta. ¿Qué había ocurrido? Ahora, ¿hacía dónde teníamos que seguir? Decidimos sentarnos, comer algo y descansar. Todos estábamos callados, pensando, intentando entender el enigma. Nuestro guía nos dijo que ese día íbamos a descubrir algo importante, quizá nos hiciera pensar de un modo diferente en nuestra vida. Él había salido dos horas antes que nosotros y debíamos encontrarnos. Empezamos siguiendo sus huellas, después aparecieron más huellas junto a las suyas y, después, desaparecieron todas en medio de una ladera. Nos sentíamos perdidos. ¿Cuál era la solución al enigma que nos había planteado? También era posible que le hubiese ocurrido algo, que alguien lo hubiera asaltado por el camino. Decidimos que debíamos seguir adelante, aunque no hubiese más huellas. Debíamos seguir y buscarlo. De este modo, continuamos andando. Todos teníamos dentro el espíritu de aventura, de descubrir qué estaba ocurriendo y de encontrar a nuestro guía. No nos dimos cuenta pero el ambiente de nuestro grupo había cambiado, todos habíamos tomado parte en la decisión, todos teníamos un objetivo, no estábamos siguiendo a nadie. Era nuestro camino. Después de andar dos horas más empezamos a escuchar el canto de un pájaro. Era muy extraño, en esa zona tan alta y con tanto frío era casi imposible que hubiera un pájaro. Su canto era peculiar, era como una llamada. No sabíamos si sentir miedo, sorpresa o si era una amenaza. Era tan insistente que decidimos dirigirnos hacia el sonido de su canto. Al rato llegamos a un claro, allí había una casa de madera de la que salía humo. Nos dirigimos a la casa y, al entrar, vimos a nuestro guía. A todos nos entró una alegría enorme de ver que estaba bien y de que lo habíamos encontrado. Sin embargo, nadie entendía qué sentido tenía lo que habíamos vivido. El guía sonrió y nos dijo: “todas las personas que pasan por tu vida, a las que conoces, con las que coincides en algún momento, corto o largo, no importa, dejan huella en ti. Todas enseñan algo. Lo importante es el tipo de huella que deja. Hay personas que dejan huellas tan importantes que no deseas que desaparezcan. Hay personas que no te gustaría haber conocido ni el tipo de huella que te ha dejado, sin embargo, te han enseñado”. En ese momento el guía no dijo nada más. Estábamos esperando algo más, no podía ser que hubiéramos andado tanto para decirnos sólo eso. Por fin, uno le preguntó: ¿Por qué aparecieron más huellas y por qué desaparecieron? Y la respuesta fue simple pero enorme. Dijo: “Sí, la gente aparece y desaparece de tu vida. Unos se quedan más, otros menos. Sin embargo, hay que aprender a seguir adelante, saber que uno es libre y dueño de sus pasos. Hay diferentes caminos pero todos llevan al mismo lugar. A veces tendrás compañeros, otras irás sólo. Lo importante es ser tú, el camino que eliges y la estela que dejes. Tú eliges el tipo de huella que quieres dejar en los demás. Decisiones. Libertad”.

A. Machancoses