NUESTRO SOL
Cuenta la historia que el sol era de otro color.
Esta historia es muy vieja, de hace cientos de miles de años. Dice que la
tierra tenía sol como ahora, sin embargo, el no era amarillo o anaranjado como
en la actualidad. El sol era de color verde, con todos los tonos de verde que
existen. En la tierra todo se veía desde la luminosidad verde, aunque fuera de
todas las tonalidades posibles. En realidad, la tierra estaba contenta ya que el
verde es uno de sus colores favoritos y, de hecho, a toda la vegetación le
asignó el color verde. Era impresionante la atmósfera que se creaba. No
obstante, las plantas y los árboles no estaban contentos, sus colores verdes se
difuminaban con la luz y no podían enseñar toda su belleza. Continuamente
hacían llegar sus quejas a la tierra. Los árboles también estaban preocupados;
en más de una ocasión los pájaros habían chocado con sus ramas al no
distinguirlas por su color. No tenían más remedio que mover las ramas
continuamente para que las vieran y nadie chocase. La tierra al ver lo que
ocurría pensó que lo mejor sería redecorar el mundo, cambiar los colores y
crear un hogar donde todos estuvieran contentos. La historia dice que le costó
mucho decidir los colores que iba a utilizar ya que todo el mundo debía quedar
contento y satisfecho. Al final, lo decidió, el sol ya no sería verde, iba a
pasar a ser amarillo y algo anaranjado en los atardeceres. De este modo, esa
luz tan brillante y clara daría más luminosidad al resto de las criaturas. De
repente, todos se vieron de otro color, no todos eran verdes. Sí, había
animales de color verde y seguían siendo verdes, sin embargo, había otros que
resultaron ser de diferentes colores e, incluso, de varios colores a la vez.
Uno de los animales más sorprendidos fueron los loros o las cacatúas, su
plumaje combinaba diferentes colores y eran preciosos.
En la tierra todo el mundo estaba sorprendido y, al
mismo tiempo, ilusionados con todo lo que veían que no era nuevo pero sí que
era nuevo. Las plantas pudieron mostrar sus diferentes verdes, los árboles
dieron formas diferentes a sus hojas, el mar también tenía tonos azulados y la
tierra no era verde era de color marrón. Aunque lo más sorprendente fue cuando
los hombres vieron que su piel no era verde, su piel tenía diferentes
tonalidades, unos la tenían rosada, otros marrón, otros un poco amarillenta y otros
de color negro. Dependiendo de la zona de donde procedían tenían diferentes
colores. El mundo era otro, la diversidad apareció. También cuenta la historia
que las personas estaban tan contentas y tan agradecidas que decidieron adorar
al sol y a la tierra en señal de gratitud. Se crearon templos dedicados al sol
donde se celebraban fiestas en su honor.
Como en todas la leyendas no se sabe hasta qué punto
es verdad o ficción lo que se cuenta y, a pesar de ello, me planteo algunas preguntas:
¿volverá la tierra a cambiar sus colores algún día?¿serán las cosas de otro
color que aún desconocemos? No lo sé pero, algo sí que sé, siendo una creación
de la tierra, sea como sea, será precioso.
A.Machancoses