sábado, 25 de octubre de 2014







UN HOGAR: LA TIERRA

Es posible que alguien piense que la tierra es aburrida, que siempre hace lo mismo, que siempre está en el mismo lugar, que no aporta nada y, seguramente, ni aprecien su presencia. Otros pensarán que la tierra es simplemente un suelo para apoyarse y hacer grandes construcciones. Algunos más avezados apreciaran la belleza de las plantas o los árboles. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. La tierra está en continua fiesta, está en continuo cambio y en un juego constante. Cada vez nos proporciona una temperatura; hay tiempos de calor, tiempos de lluvia, tiempos de frío, tiempos de viento, tiempos de nieve, etc… Sí, hay cuatro estaciones pero cada año tienen una característica, nunca son iguales al año anterior. Se podría pensar: “este año nos quiere ver abrigados”, “este año sólo quiere que llueva”, “este año quiere vernos en el mar y nos da calor”, etc. Por otro lado, en cada estación nos obsequia con unas frutas diferentes y características. ¿Quién no se acuerda de la fruta de verano? ¿o de la fruta de invierno?. Podríamos decir que juega con los colores y los sabores. En verano frutas frescas, coloridas y apetitosas; y en invierno frutas más sobrias pero con mayor aporte enérgico para aguantar el frío. Tiempo de castañas, avellanas o nueces, por ejemplo.
Cuando quiere nos empieza a cubrir con nubes, las va amontonando y hace que nos llueva y nos limpie el lugar. Si uno se fija es posible saber cuándo va a llover, en realidad, se puede oler. Existe el olor previo a la lluvia que avisa de su venida y, cómo no, el olor de después a tierra mojada. No son el mismo olor pero ambos son una bendición. Nos deja caer un agua fresca, limpia y llena de vida. Nos limpia y se riega a la vez. Ver caer la lluvia puede llegar a ser algo realmente espiritual.
Algo muy importante que no se nos puede olvidar es la ayuda que nos presta la tierra. Sí, se preocupa por nosotros y de nuestras necesidades. Tiene plantas maravillosas que nos deleitan con su belleza y, al mismo tiempo, nos ayuda con ellas. Nos regala plantas que nos pueden curar, cada una tiene una característica especial. Mima y hace crecer todo tipo de plantas creando toda una farmacia a nuestro alcance. Que no se nos olvide cómo nos influye en nuestra comida, cómo cambiaría nuestra comida sin esas especias tan sabrosas que dan el toque exquisito. Realmente es maravillosa la tierra, no es sólo un lugar es todo lo que en ella ocurre y se crea. Es toda una madre que está pendiente de nosotros y nos ayuda. Creemos que somos sus propietarios y que estamos aquí para explotarla. Sin embargo, la verdad es que nosotros le pertenecemos a ella. Muy a nuestro pesar nos recuerda con algún enfado que la que tiene el control es ella. No, no me asusto, la tierra nos ama y tiene una gran paciencia y una gran fe en nosotros. Creo que nos quiere más que nosotros nos queremos. Es toda una madre. ¿Sigues pensando que todo es una casualidad?¿crees que la tierra sigue siendo solo un lugar?. Yo no. Es mi hogar y mi madre a la vez. 


A.Machancoses












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